A un amor fugaz...
En el subsuelo de mi memoria quedaron guardados los momentos que tomabas mi mano. Los deje en un lugar sobrio,
para no tentarme a revivirlo todas las horas, de todos los días, que tus abrazos no calienten mi cama. Los dejo empolvarse un poco así cuando bajo y los saco de la caja me da alergia, y no me quedo tanto rato escuchando tu risa en la cocina.
Es que siempre que tus ojos tocan mis puertas en sueños, cada una de mis canciones sale a buscarte por el barrio cuando duermo:
incontrolablemente y sin demora. Así, dejan un suspiro melancólico que me apreta el corazón contra la costilla izquierda,
Tan,
tan,
pero TAN fuerte
que me despierto de golpe, con el recuerdo de tu canción favorita en mi almohada y me acompaña ese día como las medias:
todo el tiempo y sin interrupciones.
Es por esto, amor, que guardo tus recuerdos tan abajo. Quizás por eso salen tan arriba y con tanta fuerza.
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