Manchas de sangre en la cocina.
Esa noche entrelazamos nuestros fluidos sanguíneos en la comida, y nos dormimos profundo luego de saborear entre el pure y la tortilla pedacitos de nuestros glóbulos rojos. A la mañana siguiente ya nada tenia sentido. Nos desencontramos antes de tomar mate, nos desentendimos después de tomar mate, nos desconocimos al despedirnos. Uno para cada lado de la calle, con miras turbadas y esperanza de un día mejor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario