Ma abandonaron las migrañas.
Desde niña llevo conmigo una cajita de retratos extravagantes, cada uno propio de una historia. Hoy soy yo la retratada, y mi historia se acomoda entre los links cibernéticos de este agujero negro de vómitos que sin darme cuenta fui creando. Te habrás dado cuenta; soy mas melancolía que belleza. Pero en este sucuchito no me da vergüenza vomitarme el pelo, porque sé, la escritura estará para agarrármelo.
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