una ráfaga de viento voló mi alma por los cielos altos

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miércoles, 27 de julio de 2022

 Voy buscando entre los recovecos de las plantas,

sé; 

por algún lugar del patio dejé la calma.


Con las uñas abro entero mi pecho creando una ranura que me recorre desde el mentón hasta acabar centrándose entre mis crestas ilíacas. Una grieta inmensa, un a b i s m o hacia mi interior. 

Decidí regar con semillas el agujero negro que llevo, se desprendieron de mis lágrimas unas cuantas notas musicales, buscando acomodarse entre los latidos de mi corazón y el pulsar de la sangre. De ahí las canciones que escribo.

Hace noches los sueños me sorprenden, creo la grieta les permite escapar de adentro y jugar por todo el cuarto y enredarse entre mis pelos y saltar sobre mi espalda y pegar con la gotita mis ojos. Así despierto, abofeteada por un montón de monstruitos de ensueños. 


jueves, 14 de julio de 2022

 Un poco estos días fueron de primavera, resurgir de la muerte trae un gusto tan duce en la boca, la acidez del desdén al mundo ya no acongoja mi entrecejo. 

Ma abandonaron las migrañas. 

Desde niña llevo conmigo una cajita de retratos extravagantes, cada uno propio de una historia. Hoy soy yo la retratada, y mi historia se acomoda entre los links cibernéticos de este agujero negro de vómitos que sin darme cuenta fui creando. Te habrás dado cuenta; soy mas melancolía que belleza. Pero en este sucuchito no me da vergüenza vomitarme el pelo, porque sé, la escritura estará para agarrármelo.

 De repente el cuarto era una fiesta. 

lunes, 4 de julio de 2022

fragmentos.     muy.      r a n d o m . 



La respiración entrecortada en el éxtasis, ablandando las heridas, llenándolas de aire pa aflojarlas al exhalar. 

Limpiando los sucuchos de mi cuarto encontré una foto vieja, donde la playa y mis ojos relucían entre el sol de enero y las costas uruguayas. De entre esos granitos de arena salió, para permanecer entre mis cuatro paredes, durante meses, el sabor del mar y el sonido casi imperceptible de la complicidad. Fueron años de invierno. 

Cruzando la calle salude a una persona que hace unos años atrás le llamaba amigue, se me llenó el google fotos de mierda. No tengo donde guardar mi memoria multimedia afectiva/activa/reciente. Solo fotos de gentes que supieron algún día el camino a mi casa y que hoy se perderían hasta con la ubicación del wasap.

Ayer le mande a alguien un mensaje chamuyando y en verdad no se mucho del tema, se podría decir que soy una pelotuda que reniega la danza de apareamiento virtual pero que igualmente juega el juego pues apetito sexual. Cuestión, el mensaje fue recibido y contestado tipo guiño guiño,, todxs felices, espero coger pronto, saludos desde mi cuarto frío. 

Me desperté a las tres a.m y no me pude volver a dormir, mire videos pelotudos en YouTube y obvio me replantee mi existencia y la de toda la humanidad, y mas obvio aún recordé por lo menos cinco momentos que me dije a mi misma uy que pelotuda por algo que dije o hice. A eso de las cinco a.m me dieron unas ganas locas de bailar contact; a eso de las seis me acordé de esa piba que siempre me gusto y nunca me dio y a eso de las ocho mas o menos me acorde de un par de ex y dije na bueno listo, me voy abañar, ya fue. 

ni idea.