Bajo el mar.
Tengo en el pecho un agujero, hasta una mano pasa al otro lado. Se fue agrandando con el tiempo y hoy se pude ver el sol a través de el. Es como el expansor que nunca tuve pero que siempre estuvo ahí.
Hay días que no se a donde ir, que no quiero esta piel. Hay días que me quiero ir, que no entiendo.
Hay días, donde la vida no es un durazno jugosamente sabroso; es mas bien una nuez seca por dentro.
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