En fin, hoy, fui a visitarte al CTI. Y bueno. Vos estas ahí. entre esa gente sin gracia, radiantemente colérica. Me acaricias, torpe y tierna. Ágil me sacas el tapaboca para verme la cara.
Hola polola.
Plumba. lagrimas secas se me astillan en el corazón.
Te tiemblan las manos, y yo pienso en correr para pedirle a la enfermera un tarro gigante de alcohol en gel. Tirártelo entero arriba. Embadurnarte y que ni se atreva a merodearte el olor y su hoz. Le digo. Que con vos no eh. Que no sea hijo de puta y que se vaya conformando con algún otro de la vuelta. Que el viejo de a punta estaba tosiendo mucho, que te dejara en paz. Que la sala estaba llena y que a vos no, que ya te había bañado en acido sulfúrico verdosoamarillento Narnia, alcohol en gel y un poquito de mi perfumador especial olor vainilla. Lejos quedaron las chances de ese atrevido de llenarte con sus pestilencias.