Recibir la tormenta con la ventana abierta.
Siempre vas cantando. A vece el ruido de la ciudad se come tus lirios, tus ojos nunca le temieron a la olorosa podredumbre que recorre las calles de muertevideo, mas bien la ibas combatiendo... Vas, digo. .Vas.
A veces me olvido que tus ojos y tus cantos siguen por ahí, sirviéndole de espada a gentes desarmadas en el suelo.
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