Llevo una presión en el pecho. Por momentos alcanzo a tener el corazón pegado a la piel, como si no hubieran costillas,como si no hubieran pulmones. Late. Late mientras sobresale entero de mi cuerpo. Y la gente me mira, andando desnuda, con mi corazón exhuberante.
El desasosiego.
Andar por el mundo ya no sabe igual que antes. El pasar de los años, de los amantes, de las personas, de las responsabilidades, o de los sueños me han tomado de cigarrillo, me van consumiendo rápidamente, o aún peor, me dejan al viento,eximiendo mi persona del placer de tocar sus labios resecos.
Hay una neblina constante que todo lo abraza, es difícil identificar el camino. El túnel cada vez es más negro, mas profundo, mas gigante. . .
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