Encontré este video en mi google fotos, es de un texto que perdí en el mismo momento que perdí mi anterior celular y un poco, me revolvió las entrañas.

 

 Hay un huequito en mí donde guardo las canciones que no le canté a nadie, donde dejo mis armaduras al entrar al cuarto, donde guardo mis llantos una luna al mes.

Hay donde dejar los zapatos y las máscaras si quieres, te aseguro, el mundo es menos hostil sin ellas. Las gentes mas hasta los huesos y las cervezas mas ahhh. 

De las telas de arañas se desprende sabiduría de otras eras, los ojos se convierten mas en recuerdos de otras vidas que en portales a las tristezas y te aseguro, hay lugares donde lavar las penas.

Llevo en mi bolsillo las notas que entonaste el último día que pisaste mi casa, y aunque no lo afirme, jamás negare tu partida en conversaciones intimas con mis almohadas y mis demoños. Entiendo que aun hay tiempo para abrir llagas pasadas.

Entiendo aún, soy esa que no entiende nada.

...

*** Instrucciones: leer en voz alta a modo de exorcismo con la canción Le Blues de Françoise de la femme sonando de fondo los mas alto que sus aparatos tecnológicos o su corazón lo permitan.***

Me como las escamas y los huesos

mientras desvisto en la cama 

las cicatrices que dejó tu partida.

Entre música psicodélica, globitos con el chicle y auriculares en el bondi, fui dejando tu recuerdo en la parte mas alta del cuarto, entre el ropero y el techo, donde casi nunca aparece mi mano. Donde las miradas a tus ojos y la cámara lenta de mirarte ya no puedan dejarme sin aire. 

Hoy soy tormenta ruidosa, esas que duran semanas y van inundando corazones a su paso, porque hace meses que no entiendo por donde se esconde el sol. Alguien tapo mis ojos con candados que no he podido romper, de ahí el diluvio que llevo. Hace años que no entiendo nada y no se a donde voy, me siento navegando en el medio de algún océano nuevo sin brújula ni soles ni lunas ni días ni horas ni nada. Es como si el lienzo estuviera tan pero tan manchado que ni el propio pintor entendiese cual fue la primer pincelada. Un poco mi vida se basa en eso, en nunca entender nada. Vivo en una nebulosa de ahogamientos y sofocos para con un mundo tan obscuro que hasta a las noches sin luna le gana, vivo en una melancolía eterna que aun no se de donde viene, vivo para curar las heridas punzantes que hacen retorcer mis entrañas, vivo para saber detener la hemorragia cuando nuevas heridas nacen, y esta ultima aún no me sale.

En los días donde vivo el día a día y los soles aun me responden y las tormentas aún no se apoderan de mis ojos, la inspiración abandona mi cueva...estoy condenada a la desidia, la infelicidad y el padecimiento. Por elección. Porque no hay peor sentimiento que ese que acompaña el bloqueo creativo, no llevo peor pena, no entiendo peor condena. El espíritu no merece las cuchillas del abandono creativo, el espíritu entiende de canales abiertos, no de arterias tapadas. 

En mi vida, muy pocas veces la inspiración broto en momentos de felicidad no amorosa ((((cuando un amor joven llega por la ventana es como si todo el aire se renovara, entra una tempestad y las paginas de los libros se abren con el viento y se caen las cosas de la pared y las nuevas músicas se pelean por aparecer primero en la lista de reproducción y la inspiración vive su primavera))))......en mi vida, muy pocas veces la inspiración broto en momentos de felicidad, pueden ser contadas con los dedos de un solo pie, y estoy segura, no son tan profundas, tan hasta las llagas, tan a la semilla. Es que la felicidad es tan efímera que ni para plasmarla dentro del arte me da el tiempo, mas que una pequeña danza, mas que una tarareada fugaz, mas que una frase al viento, mas que un dibujo escondido entre las nubes no puedo dedicarle, no quiero dedicarle, prefiero saboreármela entera por toda la boca y aguantarme el gusto amargo de la despedida sabiendo que algún día, la semilla que dejó será planta. 

Por esto y aun mas que esta verborragia mental no tiene ganas de explayar ahora, este texto comenzó hablando de vos, de vos y tus ojos, de vos y tu muerte. Porque aunque no lo creas, si, aún me relamo las heridas con tu nombre y si, aún saboreo el gusto amargo que dejó tu ausencia en mi cama.

 Por un momento fuimos felices, y tus cantos hacían crecer las flores del jardín, juntas, las canciones catárticas y los abrazos de despedida eran mas profundos, mas al pecho. Hubo una época que venias todos los días a mi casa, hubo una época donde vivimos muy cerquita y no nos veíamos, hubo una época, donde todo se fue al carajo: no habían canciones para cantar.

Hoy me encuentro pensándote, y deseo la brisa del caribe guarde tu ternura. 

Con mis caracteres fantasmales te envío el abrazo de despedida que nos debemos, en mi mundo intangible de vómitos y verborragias.

Espero la brisa cuide de ti.