Aún sigo siendo la misma, de tabacos finos y besos profundos. De la maraña que llevo como pelos siguen desprendiéndose las hojas que caen de los arboles en otoño, aún llevo melancolía oculta en lo profundo de mis ojos, e intuyo, nadie nunca será capaz de descifrarla.
Buceando las profundidades de este océano de sal gruesa me encontré nuevamente con el fantasma que dejaste en la casa. Es que el barro no se quita amor, no se limpia. Muero con cada afirmación: este duelo -tediosamente eterno- ya no me acompaña, no se en que lugar buscar tu nombre, no estoy segura de recordarlo, parecieran tus ojos haber abandonado mi corazóncurita, mas de vez en cuando aun siento frío en el pecho y la luna sangra al escuchar mis sueños mientras duermo.
Aún sigo siendo la misma, de lecturas en voz alta mientras la cama se llena de besos. Aún corro por la cornisa cuando hay olor a flores en el mundo.
me encontré con el fantasma que dejaste en la casa.
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