Erradicarme el espíritu del polvo y las telarañas; han de abandonarme los lamentos y los llantos embrujados, las canciones deprimentes que acunan despedidas, los sueños intranquilos que se vuelven pesadillas; han de abandonarme los caminos espinosos; he de regalarme cantos, bailes y caminos, momentos de película, días de ermitaña lluvia, abrazos de hermandad hasta los huesos.
De los poros de mi piel voy desprendiendo semillas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario