Se cayeron las horas en la puerta de mi ventana, y es raro porque el reloj se me derritió en el cerebro hace ya mucho tiempo. Espero la grapa caliente este corazón que llevo en las manos sin abrigo, y abrace mi garganta corroída por el tabaco y los lamentos. Hay noches que dudo de todo y días donde solo soy lloros; es que a veces todo el paisaje se torna sombrío, amor, tenebroso; es que estas manos ya se cansaron de cargar mi corazón.
Hubieron noches donde mis ojos se acoplaron al rincón mas obscuro de la casa.
Me reconozco en un plan de autoconocimiento mal empeñado, por un momento alcancé la gloria, mas las luces de tus ojos me cegaron, y así voy, caminando cegada por una ciudad que no camina, se estanca. Me he dejado llevar y la lujuria fulgurosa que habita mas allá de tus espejos me dejo sin habla, sin calma, sin siquiera poder pensar en lo que me de la gana; solo tus ojos; solo tu muerte.
Escritura automática 14/8/21 04:58 am.
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