Hay días que la incomodidad me atraviesa el pecho como una bala, y me deja sangrando en el asfalto frio. Ya no quiero sangrar. Ya no quiero este asfalto... Me envuelve una nebulosa extraña, arrítmica, a destiempo y disonante con el mundo, con las personas, con mi naturaleza. Voy como mirándolo todo sin ver verdaderamente nada; en otras palabras: voy perdida por el mundo.
En mi cerebro hay incontables preguntas e invisibles respuestas. Una persona pilla diría que de eso se trata la vida y estoy totalmente de acuerdo, pero es que a veces, no pido siempre, pero a veces, me gustaría llevar alguna que otra certeza conmigo, igual, que me dure solo un ratito, no se, que no me dure nada, pero que en su efímera estadía pudiera yo sentir mis piernas sobre tierra firme, quisiera sentir, que hay mucho mas para pisar; mucho mas que arena movediza y agua.
Quisiera al fin escribir mas que líneas románticas.
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